Cuando falta un día para terminar el 2021, donde año y medio para mucha gente, ha sido duro, para otros regular y otros ahí van, vemos a muchos cómo se rebuscan la vida en semáforos haciendo mil piruetas, piruetas que cada uno de nosotros hacemos para seguir el rumbo de la vida, unas veces contra la corriente y otras veces a favor.

Hoy le decimos a todos esos hombres y mujeres valientes que hacen cualquier cosa por llevar un plato de comida, un vestido o un techo para su familia, que por poco que tengamos en nuestra mesa, si lo recibimos con humildad será el triple, confiando en Dios y en nuestra tenacidad nos hará salir adelante. Hay caídas, pero Dios siempre estará ahí para levantarnos.

Desde el puesto o posición que nos encontremos ayudemos al prójimo, al amigo, al que tenemos al lado; no todo es dinero, un abrazo, un compartir hace mucho, la vida pasa a pasos agigantados, el reloj camina más rápido y se nos olvidan los seres importantes que están a nuestro lado y que sin querer les quitamos lo más valioso: el tiempo, tiempo que se va para nunca volver.

Por