Cuando las horas
Se hicieron eternas
En una oscuridad inenarrable
Cuando nada veía
Solo sombras
Cuando ni siquiera
Podía dar unos pasos
Sin ayuda
Cuando creía
Tener mucho amigo
Y nadie
Ni siquiera llamaba
Cuando me vi al borde del abismo
Y nada ni nadie parecía detenerme
Entendí que la vida
Era un insignificante soplo de brisa
Y a muy pocos importaba
Si estaba vivo
O muerto
O solo deambulaba
Entre la vida y la muerte…
Decidí vivír
Volver a la palestra
Volver a ver
A caminar
A tensar de nuevo la lira
A moldear el verso
A caminar
Así sea con pasos lerdos
Y a bendecir a Dios
Por dejarme volver
A mirales las caraas
A quienes me hicieron a un lado
Para decirles gracias
Con todo el cariño del alma.