Ver el circo del ex presidente Uribe pidiéndole una “citica” en vivo y en directo al presidente Santos, verlo pidiendo amnistía para los guerrilleros que anteriormente negaba a pie junto, ver al presidente de la república titubeando, también en vivo y en directo, sobre lo que estaba más seguro, el inamovible de los acuerdos firmados, ver a sus negociadores a las carreras para La Habana a suplicarle a la guerrilla que considere la posibilidad de renegociar lo pactado, ver a Uribe anunciar que entre las cosas que va a buscar que se renegocie, está lo de los jefes guerrilleros pagando física cárcel y pidiendo una justicia especial para los militares, así sean falsos positivos, la mayoría ocurridos en su gobierno, ver cómo Gabriel Angel, el cronista de Las Farc, relata en Las 2Orillas el entendimiento y el respeto que se vio entre el ejército y los policías que custodiaron a los guerrilleros en la conferencia del Yarí y la concentración cerca a Cartagena, escuchar aterrados el anuncio del presidente Santos en el sentido que el cese bilateral al fuego va hasta el 31 de octubre, observar anonadados que el SI por la paz ganó en los departamentos más azotados por la violencia y el NO en los departamentos que han visto la guerra a lo lejos, ver a Timochenko enarbolando la bandera de la paz cuando era el adalid de la guerra; todas estas consideraciones sin lugar a dudas nos demuestran que regresamos a La Patria Boba.
Nadie tiene claridad sobre el aquelarre político que se vive en Colombia como consecuencia del triunfo del No en el plebiscito del 2 de octubre, nadie tiene la razón total y nadie puede vaticinar con certeza lo que va a pasar; hasta las encuestas que se pifiaron de lo lindo, están calladas, herméticas, se les cayó la parafernalia de la cual hacían gala en los noticieros de televisión, que entre otras cosas, junto a los grandes medios nacionales fueron derrotados estruendosamente por las redes sociales, por las revistas y páginas virtuales, que mostraron que la victoria del NO si estaba en los cálculos de muchos.
Los políticos tradicionales están buscando por todos los medios justificar su derrota injustificable aduciendo que todos querían la paz, tanto los del No como los del SI, da risa ver a gobernadores, alcaldes, diputados, parlamentarios y senadores dando declaraciones asegurando que mañana va a llover y mañana dicen que el sol salió brillando por cosas del destino y que por eso debemos respetar el veredicto de la democracia, da grima ver a los tinterillos jurisconsultos de siempre pontificando sobre si el resultado del plebiscito es vinculante o no y da más grima ver a La Parodi renunciando porque por su culpa los cristianos de todas las vertientes religiosas votaron por el NO, porque no le perdonan ni su condición de lesbiana ni su cartilla sexual, en fin, una patria boba que nada tiene que envidiarle a la del siglo XIX cuando unos pocos caudillos se hicieron ricos mientras hacían que el pueblo que los seguía se matara entre ellos.
La última metida de patas del presidente, fue anoche, 05 de octubre de 2016 por los medios nacionales; anunció que el cese del fuego iba hasta el 31 de octubre, logrando que Pedro Alape ordenara a los guerrilleros salir en bomba hacia zonas seguras y que Timochenko se preguntara si después de esa fecha continuaba la guerra; eso fue la gota que derramó la copa y quizás el primer paso hacia una escalada de violencia, solo se espera qué clase de humo saldrá de la entrevista hoy entre Santos y Uribe, será blanco, será negro? La patria boba, de eso no hay dudas.
Los colombianos estamos tan untados de idiotez que no sabemos cómo lavarnos, lo que ayer era inconcebible hoy es una desastrosa realidad: el ex procurador Ordoñez y el ex presidente Uribe en el palacio de Nariño enrostrando al Estado su pírrica victoria; estamos tan embobados con el caudillismo, que corremos serio peligro de caer en una espiral de violencia como la de los años 50, nos consideran tan idiotas en el resto del mundo, que los países que antes nos apoyaban porque creían en la paz, van a parar en seco las ayudas anunciadas y Santos y Uribe, cada uno buscando ser el protagonista de la paz, bien pueden llevarnos de nuevo a esa guerra que en el fondo y sin querer, muchos de los del NO, nos condenaron; en el telón de fondo de estos días, claramente se lee que regresamos a La Patria Boba.