AMBIENTE
Un encuentro con la naturaleza en Las Dalias

A escasos 45 minutos de la capital del Caquetá, Florencia, por la ruta que conduce al norte del departamento, en el municipio de la Montañita, encontrará un mágico lugar llamada Las Dalias.
Como si el pintor más experto hubiera tomado el pincel, para mezclar maravillosamente infinidad de tonalidades, de verdes fantásticos, plasmando el más bello paisaje, como si el mismísimo Dios hubiera moldeado cada rincón, cada gruta, cada cueva, cada caño, cada caída de agua, para construir ese paraíso inigualable que tuvimos la suerte de visitar: Las Dalias, una joya de la naturaleza plasmada en el corazón del Caquetá.
Ropa cómoda, tenis y la mejor disposición, es todo lo que se necesita para vivir una mágica aventura, un recorrido de aproximadamente cuatro horas, poco más, poco menos, dependiendo de los integrantes del grupo.
Desde que se llega a Las Dalias, todo parece surreal; de fondo y entre los árboles hay una casa campesina típicamente caqueteña, llena de gallinas, patos, perros y gatos, que salen a saludar a cada uno de los visitantes que semana tras semana llegan a hacer el recorrido; El recibimiento es con un tinto que ayuda a recargar energías para la caminata que nos espera; Nuestro guía en esta expedición es José Alfonso Ovalle, quien desde hace varios años ha convertido a Las Dalias en su negocio familiar.
El recorrido es un circuito, que inicia con el descenso por un pequeño camino, en el que se podrá ir observando todo tipo de plantas, musgos y especies vegetales, algunas de las cuales han servido de estudio para jóvenes investigadores de la Universidad de la Amazonia.
Mientras se realiza el descenso, nuestro guía nos va contando las maravillas y bondades de estas plantas, típicas del piedemonte amazónico y la importancia que tienen para la conservación del medio ambiente y la calidad de vida de los seres humanos.
Luego de una caminata en bajada por la montaña de aproximadamente 40 minutos, se llega a un plan, por el que alegre y juguetona corre una pequeña quebrada de aguas cristalinas que nos va a marcar el recorrido; la frescura de sus aguas que corren por un estrecho cañón rodeado de variada vegetación, hacen de esta aventura, una caminata bastante agradable y relajada, que permite a los turistas refrescarse en las ocasionales caídas de agua, así como conocer más de la espléndida naturaleza o simplemente contemplar la belleza del recorrido, que se extiende por más de una hora y media.
El ascenso inicia con la promesa por parte de nuestro guía, de poder ingresar a una de las cavernas que en el medio de la montaña se encuentra y que se convierte en una extraordinaria aventura para los amantes de la espeleología.
En un recorrido de aproximadamente 150 metros dentro de la cueva, se pueden encontrar algunas clases de arácnidos y murciélagos, que junto con la oscuridad del paisaje, hacen de esta parte del recorrido, algo más intrépido.
Al finalizar la caminata un suculento sancocho de gallina caqueteña nos espera como recompensa por haber culminado con éxito la expedición, finalizando con un rico tinto y si aún le quedan energías, puede disfrutar de un juego de tejo, con el que se puede cerrar con broche de oro, un día lleno de naturaleza y aventura.
