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Hidroituango: un espejo para el Caquetá

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Hidroituango, Foto: El Tiempo.

La espada de Damócles en que se ha constituido Hidroituango amenazando con una avalancha sin precedentes varios municipios en cuatro departamentos, con miles de personas viviendo en carpas como refugiados, con las casas abandonadas y con ello las vidas de esas personas en el aire, con el temor de una nueva ola que sería en extremo desvastadora, con miles de pescadores que quedaron sin sustento a causa del represamiento del río Cauca, con el río y la montaña que se rebelan furiosamente contra la mano del hombre que todo quiere destruir con su voracidad sin límites, el Caquetá tiene un verdadero espejo para pensar si es absolutamente necesario la construcción de las hidroeléctricas en el río San Pedro y en el Guayas, obras que acabarían con la riqueza ictiológica de esos dos afluentes y por ende con gran parte de su flora y de su fauna.

 

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En los últimos días las alarmas a orillas del río Cauca, donde se construye la represa de Ituango, están al rojo vivo; lo último que se conoce es que la inundada sala de máquinas por donde estaba saliendo el agua que le llega del río, solo está evacuando la tercera parte de lo que le llega incrementando el temor de una nueva avalancha, alarmas que tienen a las autoridades pensando en la posibilidad de evacuar nuevos pueblos como ya lo hicieron en Puerto Valdivia, una situación que tiene a miles de personas en el aire, indefensas, esperando lo que ellos nunca buscaron, todo por la “búsqueda del progreso que daría la energía generada”, progreso que se ha convertido en ruina y miseria para miles y miles de familias a orillas del segundo río de la patria.

Tal parece que el inmenso río se hubiese rebelado contra su verdugo, contra el hombre que interrumpió intespestivamente su cauce natural, dejando a sus miles y miles de peces sin poder cumplir su ciclo natural porque por la represa no pueden subir a desovar, acabando de paso con el alimento de miles y miles de personas, de aves y de animales que viven de la pesca y que ahora están muriendo de hambre, mientra que otros están asustados temiendo una avalancha que está pronosticada  como peor que la de Armero que miles y miles de vidas humanas cobró.

Y esa espada de Damócles en que se constituyen las represas también está por llegar al Caquetá; todos sabemos que se tienen en remojo la construcción de las hidroeléctricas sobre los ríos San Pedro y Guayas, hidroeléctricas que se sumarían a la destrucción de la fauna y la flora que ya comenzaron a hacer las petroleras; no es que nos opongamos al progreso por oponernos; sencillamente como muchos caqueteños, creemos que es más importante nuestro ecosistema, el agua que tenemos, eso es más importante que el petróleo y la generación de energía, cuyos recursos van a parar a manos de los grandes accionistas internacionales, mientras la región se empobrece, como ya pasó en Ituango, como pasó en el Quimbo, en el Huila y como pasará en el Caquetá si permitimos que esta debacle llegue al departamento.

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En estos momentos, hoy 21 de mayo del 2018, el 90% de las riberas del Cauca que están en zona roja han sido evacuadas, “seguido de una franja naranja en alistamiento para evacuación inmediata, para los municipios de Caucasia y Nechí; una franja amarilla en alistamiento para orden de evacuación y aviso de preparación para evacuación para los municipios aguas arriba como San Jacinto del Cauca, Achí y Magangué en Bolívar, Guaranda, San Marcos, Majagual, Caimito y Sucre en Sucre, y Ayapel en Córdoba”, tal como lo establece un avance informativo del puesto de mando de Ituango.

Ojalá que la carrera contra el tiempo la ganen los operarios de Hidroituango antes de que se produzca una catástrofe, ojalá que el próximo gobierno piense seriamente en proteger lo más preciado que tenemos: el agua que es la vida, y eso no quiere decir que estemos con este o aquel candidato populista, simplemente queremos lo mejor para el país, lo mejor para el Caquetá y lo mejor que puede pasarle a la región es que se reconsidere seriamente la política extractivista que se tienen a nivel nacional con relación a la Amazonía, que se reconsidere la posibilidad de construir las hidroeléctricas mencionadas y que se le apunte al ecoturismo y a otras formas de progreso sin necesidad de atentar contra la naturaleza.

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