Icono del sitio Selva.com.co

Toda una generación

Por José Bustos Lobos

Somos una generación especial y nos denominaron la generación X, y como no si nuestra infancia estuvo llena de cambios.

Somos la última generación que jugaba en la calle y en los recreos del colegio a las bolitas, a las quemadas, a las escondidas, al arroz con leche, al luche, al tombo y a los países. Pero además, somos la primera generación que jugó con videojuegos, fuimos a parques de atracciones y vimos caricaturas a color.

Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casettes (como olvidarlo si mientras se grababa en algunos casos no podíamos ni hablar) y vimos películas en versión Beta y VHS, pero orgullosos pioneros del personal stereo, el chat y los CD’s.

Cuantos no tuvimos que tragarnos, Salvado por la Campana (con todo y Screech), Beverly Hills 90210,(te gustaron en su momento) y Friends.

Lloramos con Carrusel Cirilo y Maria Joaquina, El abuelo y yo y nos moríamos si no llegábamos a ver Cachureos, Nubeluz o El Profesor Rossa.

Nosotros vimos la caída de las torres gemelas y también vimos caer el muro de Berlín.

Aprendimos a utilizar las computadoras antes que nuestros padres y abuelos, y sobre todo antes que todos esos niños cerebritos de hoy en día y nunca vimos a los que no sabían usar las computadoras como una especie de «retardados» como sucede hoy.

Jugamos con el Double Dragon y Strett Fighter; empezamos el Mortal Kombat, el tetris y el Mario Bross; nos pegábamos a la tele a mirar Hugo mientras otros jugaban desde sus casas usando el teléfono de red fija.

Vimos los anuncios de los primeros celulares (que parecían ladrillos) y creímos que Internet sería un mundo libre.

Somos la Generación de Xuxa, Robotech, Gi Joe, los Halcones Galácticos, los ThunderCats, los Transformers, He-Man y las Tortugas Ninja; del Correcaminos, los Supercampeones, Espartaco, Mazinger, de los Pitufos, la Pantera Rosa, los Picapiedras, el Pájaro Loco, la abeja Maya, Josemiel, Candi Candi, Remi y Marco.

Los que crecieron escuchando a Soda, Madonna, Michael Jackson y Guns N’Roses; New Kids on the block, Los Prisioneros y por supuesto en ver y vivir los primeros VIDEOS MUSICALES que luego presenciaron el apogeo y desplome del grunge junto con la muerte por sobredosis de su mayor exponente. También estaban Magneto, Aleste, La Ley, The Sacados, Los Locomía y sus abanicos.

La última generación de las botellas de a litro, de la Coca-Cola familiar cuando un litro alcanzaba para toda la familia.

Fuimos los últimos en ser mandados a comprar en la bolsa de cuadritos o toda la plata en pan, algunos hasta alcanzaron a comprar aceite suelto.

Este artículo está dedicado a las personas que nacieron entre 1970 y 1987. Y la verdad es que no sé cómo hemos sobrevivido!!!!

Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos: viajábamos en autos sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bag; hacíamos viajes de 10-12 horas y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.

Andábamos en bicicleta o patines sin casco, ni protectores para rodillas y codos. Los columpios eran de metal y resbaladilla y con esquinas en punta oxidada.

No había celulares!!!!. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila o bolsón que rara vez tenía refuerzo para los hombros y mucho menos, ruedas. ¡Cuántos no recogimos del suelo nuestros útiles al romperse la mochila! Y el que tenia la de mezclilla cuadrada marca Wrangler era el weon más bacan!!!

Comíamos dulces de 5 pesos y tomábamos yogu yogu en cajitas cuadradas, oba oba y tabletones; comíamos jugo o leche en polvo en la palma de la mano, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.

Compartimos botellas de bebidas y nadie se contagio de nada, excepto de los piojos, cosa que se solucionaba lavándose la cabeza con vinagre caliente (a veces detectados por la profesora previa revisión con un lápiz). Rezábamos para contagiarnos de gripe o sarampión de nuestro mejor amigo para disfrutar de unas «vacaciones».

No tuvimos PlayStation; no había 99 canales de televisión, pantallas planas, sonido surround, mp3s, ipods, computadores e Internet, pero nos lo pasábamos de lo lindo tirándonos globos con agua, o jugando con los playmobil. Y nunca escuchamos sobre el calentamiento global.

Pinchábamos jugando a la botella, al semáforo o a la escondida china, y no en un chat!! Ojo la hacíamos… No era necesario tener fotoblog, Hi5 o MySpace, Facebook o twitter, para saber si existíamos, bastaba con hacer bien fuerte la «silvada» del grupo o gritar fuera de la casa, en plena calle, para que toda la cuadra saliera de sus casas, ni nos catalogábamos como dark’s, otakus, skatos, emos, pokemones, wachiturros, flaites ni, pelolays, etc.

Éramos el zanahoria, la china, la flaca, la pecosa, el negro, el chato o cosas así, pero todos pertenecíamos al mismo grupo y por el apodo sabíamos de inmediato quien era (ahora serian zanahoriitax, shiina, flahkah, p’kosiita, neghhro y shatto). Jajajajaja.

Éramos responsables de nuestras acciones y acarreábamos con las consecuencias, no había nadie para resolver eso. Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

¡FELICIDADES! Sobrevivimos a un mega cambio, ahora, si tienes hijos, piensa: ¿por qué no lo dejas hacer esas cosas si lo pasaste tan bien?

Tuvimos la suerte de crecer como niños y ahora recordando lo bueno de la vida. Lo fácil que es ser felices, la grandeza de lo sencillo.

No necesitamos todas esas etiquetas, todas esas superficialidades, cosas, celulares, ropa… recordemos cómo era ser niños, pero sobre todo, cómo era ser libres!!!

Salir de la versión móvil