En una entrevista de Yamid Amat al Fiscal General de la nación Néstor Humberto Martínez, al Procurador Fernando Carrillo Flórez  y al Contralor Alejandro Ordoñez Maldonado, el fiscal aseguró tajantemente que con los beneficios, privilegios, rebajas y demás arandelas que le ley le concede a los delincuentes de cuello blanco, que arrancan con la rebaja del 50% de la pena por aceptar el delito y un día de rebaja más por cada dos días de trabajo, además de la casa por cárcel, en poco tiempo las gentes de bien le estaremos debiendo cárcel a los corruptos.

 

La afirmación del Fiscal General de la nación es una radiografía de lo que sucede en Colombia con la corrupción; los delincuentes de cuello blanco, expertos en el manejo de la economía, en especial de la macro economía nacional, se apropian de miles, cientos miles, e incluso billones de pesos, porque saben que si los cogen, (cosa que rara vez sucede), simplemente confiesan para obtener el 50% de rebaja de la pena, buscan la casa por cárcel aduciendo “grave enfermedad” y por último con dos días de trabajo pagan uno de cárcel, con lo cual  a la larga el sistema judicial que representa a los colombianos, les va a quedar debiendo cárcel.

 

En el 2010 Gustavo Petro hizo graves acusaciones sobre el cartel de Samuel Moreno y su hermano y los poderosos contratistas de la construcción como los grupos Conalvías, Odebrecht, Odinsa y Solarte, quienes eran los habituales ganadores de las grandes licitaciones, de las adiciones a los contratos de las mega obras, principalmente en Bogotá,  como sucedió con La Troncal de la 26, La Décima, el túnel de aguas servidas a Canoas y ahora se sabe que solo cayeron los hermanos Moreno, uno de ellos Samuel, quien fue sorprendido por un ciudadano paseando por Bogotá, y los Nule, que están a punto de salir por las consabidas triquiñuelas de los leguleyos.

 

En el caso Odebrecht, el Viceministro de Transporte Gabriel Ignacio García Morales, aceptó haber recibido sobornos por más de 5 millones de dólares y dos cargos más, con lo cual aseguró la rebaja del 50% de la pena y ahora comenzará a mover sus fichas para buscar casa por cárcel en una de sus mansiones, con la consecuente rebaja de penas por trabajo, un trabajo que todo el mundo sabe cómo se certifica.

 

Y así sucede por todas partes, como pasó en Interbolsa, Reficar, etc, y los platos rotos siempre los paga el pueblo con los impuestos, o si no de donde sale la plata que se roban los corruptos o las multas millonarias que tienen que pagar los entes territoriales por demandas derivadas de actos de corrupción, como sucede en El Caquetá en donde la gobernación fue condenada a pagar en segunda instancia una indemnización millonaria al ex jefe de seguridad del ex gobernador Víctor Isidro Ramírez, quien se accidentó manejando ebrio en una carretera de El Tolima, dejando a su escolta en grave estado hasta tal punto que quedó en silla de ruedas de por vida.

 

O no es corrupción manejar un vehículo en estado de ebriedad, siendo la primera autoridad de un departamento, poniendo en peligro la vida de los acompañantes y como respaldo el presupuesto departamental que está destinado a las necesidades de la región? Por qué no fue condenado el ex gobernador a pagar la millonaria indemnización de su propio peculio? Será que se acoge a alguna leguleyada y los caqueteños tendremos que pagarle a él otra indemnización por daño a su buen nombre?

 

Y hablando de corrupción, que muchas veces implica elefantes blancos, no fue en el gobierno de Isidro Ramírez, o en el de su sucesora, cuando se comenzaron a construir las rampas del puente peatonal que une al estadio Alberto Buitrago Hoyos con el polideportivo del barrio Juan XXIII? La obra va para largo, se han invertido cientos de millones y lo que es peor, fue construida para los discapacitados pero nadie la va a utilizar porque como muchos dicen, es muy difícil subir las rampas por el elevado grado de inclinación que tienen. No será que nos atacan por denunciar semejante esperpento?

 

Así están las cosas en el país, los pájaros continúan disparándole a las escopeta y el pueblo, al que siempre le toca pagar los platos rotos, mira con estupor las noticias de corrupción que a diario salen por los medios de comunicación y las redes sociales y apenas se frunce cuando se muestran las escalofriantes cifras de robos y  desfalcos; sabe que de alguna manera ya pagó o va a pagar los desatinos de los corruptos.

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