Edilberto Valencia Méndez

La carne a $12.000 siendo el Caquetá el tercer productor nacional, la cebolla larga a $1800 libra, la papa a $1500 libra, la arveja a $8000 libra, son algunos de los precios de los productos de la canasta familiar que tienen a los ciudadanos sudando gotas de sangre.

Y más botones para las muestras: el panal de huevos a $15000, la carne de cerdo a $8500, la de pollo a $6500 y así sucesivamente, una cascada exorbitante de precios que no se compadece con el aumento del salario mínimo y mucho menos el aumento del salario a los pensionados que fue 4.4% menos que el anterior

En los municipios del Caquetá o no funcionan o no existen las Oficinas de Pesas, Precios y Medidas; tal parece que los alcaldes no les dan la importancia que necesariamente tienen y el comercio y los intermediarios abusan de esa falta de control inflando los precios en el momento en que ellos quieren, sin tener en cuenta e gravísimo daño que le están haciendo a los ciudadanos.

Es tan grave la situación que en muchos hogares ya se ha suspendido una comida al día, incluso dos, iniciándose así otro problema de salud pública que a la par de la pandemia tiene desesperada a las comunidades.

Lágrimas de sangre es lo que están sudando los caqueteños en particular y los colombianos en general por esta terrible cascada alcista que no se sabe donde va a parar, y a esto sumemos el alza en los combustibles, los peajes, el transporte y los insumos agropecuarios. De verdad lágrimas de sangre es lo que suda el pueblo.

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