De la mano de su Director Diego Gómez, la fundación Picachos, con el apoyo de la gobernación de El Caquetá y la fundación “Patrimonio Natural Fondo para la Biodiversidad y Áreas Protegidas”, trabaja en la recuperación de las cabeceras de los acueductos municipales, para mejorar la calidad del agua que consumen sus habitantes, un trabajo poco conocido pero que le está asegurando el agua a los municipios de Belén de los Andaquíes, Morelia, San José del Fragua, Florencia, El Paujil y El Doncello.
Florencia. La fundación Picachos, que desde hace varios años ha venido realizando una valiosa tarea de recuperación de la fauna y la flora de El Caquetá, afectada por la deforestación como producto de la ganadería intensiva, el cultivo de coca, los lavaderos de carros en la cordillera vía al Huila y la tala indiscriminada para producir carbón vegetal, desde hace un tiempo le apuesta a la recuperación del entorno de las bocatomas de los municipios anteriormente mencionados, con el fin de mejorar la calidad del agua captada por esos acueductos y por ende, mejorar la calidad de vida de los habitantes de esos municipios.
El Director de Picachos, Diego Gómez, un enamorado de la biodiversidad de esta región, considerada como la Puerta de Oro de La Amazonía, viene trabajando en ese proyecto que tiene un valor de 1.500 millones de pesos, con el apoyo de las entidades anteriormente mencionadas y de los propios entes territoriales que según el Decreto 953 del 2013, están obligados a aportar el 1% de sus ingresos totales corrientes, para la recuperación del área forestal en sus jurisdicciones.
Los avances son importantes; ya se tienen 500 hectáreas protegidas en varias cabeceras municipales con el apoyo de los campesinos que reciben un incentivo económico por su trabajo y se tienen 100 hectáreas más ya liberadas, con lo cual el convenio avanza a la perfección.
A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, y así como hemos criticado duramente a quienes deforestan y causan enormes daños al ecosistema caqueteño, en especial en la cordillera por la tala y los lavaderos de carro, así mismo tenemos que reconocer el excelente trabajo que viene realizando la fundación Picachos, trabajo que ojalá no sea destruido por las petroleras cuando decidan invadir al Caquetá con su política extractivista y su voracidad sin límites.