Ya lo habíamos anunciado en nuestra columna anterior, que los detractores políticos del gobernador Arnulfo Gasca Trujillo, los que por décadas meedraron a la sombra del poder en la región, iban a continuar con sus golpes bajos tratando de desprestigiarlo, y ayer lo volvieron a hacer por las redes sociales con una atrevida columna que titularon «La fiesta de la muerte», según la cual le habían celebrado el cumpleaños a la esposa del mandatario el pasado 17 de julio en la finca de la Ex-Notaria Cecilia Muñoz Góngora Q.E.P; algo totalmente falso como lo corroboró el propio gobernador en un comunicado de su Oficina de Prensa y como lo corroboramos desde esta columna con nuestras fuentes.

«Calumnia que de la calumnia algo queda», es la táctica acostumbrada de sus detractores para luego retractarse cuando el mal ya está hecho.

No hubo ni fiesta, ni vallenatos, ni mariachis, ni mucho menos fue organizado por la Secretaria de Gobierno Departamental o el equipo administrativo de la gobernación; una falsedad enorme que muchos ciudadanos asombrados creyeron en su momento, pero que la Oficina de Prensa de la gobernación salió a desmentir a tiempo.

Tampoco es cierto que el gobernador le hiciera un asado a su esposa el domingo 19 de julio, en su finca, puesto que desde el 17 de julio estaba en Ibagué «Cumpliendo funciones inherentes a su cargo y solo llegó el domingo a eso de las 10 de la noche a Florencia», otra mentira que se cae por su propio peso.

Todo se derrumba como un castillo de naipes, el contagio de la Ex-Notaria y su posterior fallecimiento por Coronavirus, el contagio de la Secretaria de Gobierno Sandra Rodríguez Pretelt y las medidas tomadas por el gobernador para establecer la cuarentena de los funcionarios de la gobernación.

El gobernador se contagió, recordando que es asintomático, por su afán de responderle a las comunidades de hacer las cosas bien, de ir a todos los municipios con ayudas y a mantenerse en contacto con el gobierno nacional, donde se mueve como pez en el agua, jalonando recursos, principalmente para combatir la pandemia; la tal «Fiesta de la muerte» sólo busca desprestigiarlo ante su gente que lo conoce, le cree y está presta a respaldarlo, como lo manifiestan los líderes campesinos del Caquetá, los ganaderos, los transportadores y el pueblo en general.

Así como las entidades de control tienen que estar prestos en la vigilancia del gasto público, como ya ha ocurrido con el mandatario, así mismo tienen que tomar cartas en el asunto investigando quién o quiénes son los que están produciendo este tipo de calumnias en las redes sociales; ya es tiempo de parar la táctica de que «Calumnia que de la calumnia algo queda», ya es tiempo de que quienes engordaron durante muchos años de la vaca del presupuesto departamental, entiendan que sus tiempos de Rey Midas ya pasaron y dejen gobernar al único campesino que ha tenido el Caquetá al mando, que ha demostrado hasta la sociedad que sabe gobernar, que se mueve con propiedad en cualquier estadio de la administración, que quiere a su gente, la defiende y trabaja por ella con responsabilidad y transparencia.

Aquí no se trata de defender al partido conservador el cual pertenece Gasca Trujillo, ni mucho menos a la dirigencia de ese partido que quedó fuera de su entorno, ni al partido liberal, ni a nadie en particular, Caquetá se trata de defender al único dirigente que en sólo seis meses de mandato ha demostrado que sabe, que quiere a su gente, que lucha hasta el cansancio por todos los caqueteños; es hora de demostrar con un verdadero plebiscito de mensajes, el respaldo al mandatario; él como cualquier ser humano necesita de estímulos para realizar bien su trabajo, y a fe que lo ha logrado; en este caso podemos decir sin temor a equivocarnos, que para Arnulfo Gasca Trujillo «Caquetá somo todos».

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