El doloroso parto con Paraguay en Barranquilla, tiene que convertirse en gozosa celebración el martes contra Perú; no todas son para perder, no todas las veces botamos una docena de goles en un solo partido, poquísimas veces Ospina se equivoca, Falcao efectivo como siempre, pero los demás no le hicieron un gol ni al arco iris, esperemos que el martes la pólvora esté seca y le metamos unos cuantos pepazos a los cholos.

 

Tal parece que los árbitros le tienen bronca a Colombia, tal parece que están buscando por todos los medios que Argentina entre al mundial a costa de cualquier otra selección, anoche en Barranquilla el hombre de negro no pitó un flagrante pénal contra Falcao, se hizo el loco las más de hifuemil veces que levantaron a Cuadrado y solo sacó dos amarillas porque el daño era muy evidente.

Honestamente y sin saber de fútbol, creo que todos los jugadore cumplieron, la metieron; los dos goles en los cuales tuvo algo de culpa Ospina, son cosas del fútbol, Cuadrado fue sacado del partido cuando estaba superando con creces su marca y estaba generando jugadas de gol, Cardona jugó bien aunque perdió dos opciones claras, James puso tres asistencias que no fueron aprovechadas, Chará puso el pase gol que Falcao certero como siempre concretó, aunque  el mismo Chareá se tragó un gol solito, Santiago Arias se comió dos oportunidades increíbles, en fin, un desperdicio de goles que Paraguay supo aprovechar concretando dos de las tres opciones que tuvo.

Cuando Colombia concretó a 10 minutos de terminar el partido, todos creímos que Pékerman los iba a mandar a congelar el juego, pero fue lo contrario, atacaron y atacaron y botaron goles de lo lindo y Paraguay en dos descolgadas nos dejó clavados en el piso.

Por eso contra Perú la cosa tiene que ser a otro precio; Colombia no solo tiene que generar oportunidades de gol sino que tiene que aprovecharlas, todos los jugadores tienen que ser un Falcao con olfato de gol y la defensa debe estar bien sincronizadas sin tanto pase chimbo para atrás; los goles se consiguen en la cancha contraria, no retrocediendo y dando papaya con cualquier equivocación; si le ganamos a Perú, como sucederá con toda seguridad, que no nos esperen en la casa y que todos aquellos que hoy criticamos la selección, acepten su derrota y nos ofrezcan disculpas de manera pública. La batalla final es contra Perú y vamos a ganarla.

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