Es un hecho; el próximo jueves 08 de Febrero de 2018, se comenzará a cocinar en el municipio de Morelia la destrucción del ecosistema Caqueteño; ese día, a las 8 de la mañana, en el coliseo cubierto del barrio Alameda, se realizará la Asamblea “informativa”, sobre el inicio de la explotación petrolera en ese municipio, en Valparaíso y Milán, ubicados en las cuencas de los ríos Bodoquero y Caquetá; y el 15 de Marzo será la estocada final en el mismo sitio y a la misma hora; ese día se realizará la Audiencia Pública Ambiental por medio del cual la ANLA, Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, le otorgará la licencia a la multinacional Emererald Energy, para perforar y explotar alrededor de 50 pozos del bloque El Nogal, en esos tres municipios aledaños a dos de los ríos más importantes del Caquetá.
Aún está en la memoria de los caqueteños y de los colombianos, en especial de los campesinos de los municipios de Valparaíso, Morelia, Milán, Doncello y el Paujil, las épicas jornadas de resistencia de los labriegos a la entrada de la Emerald Energy a sus fincas a realizar la sísmica para iniciar la explotación petrolera en el Caquetá; la resistencia fue muy fuerte y solo pudo ser doblegada por el ESMAD; la gente del campo ha entendido meridianamente que la explotación petrolera, lejos de traer el cacareado progreso a las regiones, trae degradación de costumbres y ante todo, la contaminación y la destrucción de las fuentes hídricas que son la mayor riqueza del departamento, considerado la puerta de entrada de la Amazonía colombiana.
A cada rato vemos por la prensa nacional, los atentados contra la infraestructura petrolera que contaminan las fuentes de agua que nutren a muchos de los municipios del país, los accidentes de los tracto camiones que transportan el crudo, accidentes que se podrían presentar en la cordillera donde está la fábrica de agua del Caquetá y el bosque de niebla más bajo del mundo; los graves problemas sociales que se presentan en los municipios productores y las sequías que acompañan a la explotación petrolera, y más ahora que el gobierno le está apuntando a la criminal técnica del Fracking que acaba con el agua, contamina el subsuelo y produce terremotos.
Municipios como Morelia, Belén de los Andaquíes, Valparaíso, Milán, el Doncello, San José y Albania en el Caquetá, se están despertando en inclinando hacia e ecoturismo como una alternativa económica para sus regiones; Morelia atrae semanalmente miles de turistas al río Bodoquero y los mismo sucede en Belén con el río Sarabando y San José con el río Fragua; en el Doncello están las cascadas del Anayacito y así por el estilo en los demás municipios de Caquetá, porque en este departamento, al contrario de lo que sucede en la mayoría de los departamentos del país, el agua es abundante; solo que la amenaza del petróleo podría cambiar este panorama.
En la asamblea informativa de Morelia el próximo jueves se comenzará a cocinar la destrucción del ecosistema regional porque, sin lugar a dudas, los representantes de la Emerald expondrán las extraordinarias “bondades” de la explotación petrolera, bondades como el empleo “para la gente de la región”, las vías, los nuevos centros educativos, el “cuidado extremo del medio ambiente”, es decir, ríos de leche y miel cuando la realidad es todo lo contrario como ha sucedido por donde pasa la explotación petrolera.
Y el 15 de marzo, cuando en el mismo lugar se realice la Audiencia Pública Ambiental que pretende otorgar carta blanca a la Emerald para perforar y explotar el petróleo en Morelia, Valparíso y Milán, será la estocada final, será el comienzo del principio de la destrucción del mayor tesoro que tiene el Caquetá, EL AGUA, y los caqueteños todos, sin excepciones, seremos responsables de esta hecatombe; todos, autoridades, ediles, concejales, diputados, alcaldes, gobernador, gremios, comercio, transportadores, educadores, estudiantes, campesinos, todos, todos en general, tendremos responsabilidad en la destrucción del ecosistema que le dejaremos a nuestros hijos y nietos; desafortunadamente para los morelianos, en su municipio se cocina la debacle que estamos anunciando.