En la cordillera, en los páramos,
En la piel lanuda de los frailejones,
En las nubes voladoras,
En las entrañas de la tierra,
Millones de gotas de agua
Como perlas transparentes,
Se juntan en hilillos, en preciosos riachuelos
Y luego van donde el hombre
A saciar gustosas su sed
Y sus necesidades vitales.

Pero el hombre,
Asesino por naturaleza,
Cargado de avaricia,
Siempre en búsqueda de oro y de poder,
Ataca el agua que le da la vida,
Acaba con los bosques que visten las cordilleras,
Quema los páramos,
Destruye e incendia la selva,
Destruye con la explotación de hidrocarburos
Las reservas subterráneas del líquido,
Haciendo tanto daño,
Que hoy
Más de tres mil millones de personas
Sin agua potable
Están generando una crisis mundial sin precedentes.

Por eso amigo,
Estudiante, profesor, obrero,
Ganadero, minero, coquero y todo aquel que destruya el agua que es la vida,
Haz un alto en el camino,
En vez de destruir siembra árboles
Y así un día
Ni tú ni tus hijos
Tendrán que morir de sed.

Por