Como en las míticas leyendas del Tolima Grande, Florencia tiene su propio personaje que deambula por las calles recibiendo el cariño de todos, pero a su vez espantando a los malosos que de vez en cuando al gritarle POIRA, le sacan el mal genio y entonces se arma Troya y la piedra y el insulto se convierten en sus armas predilectas.
Pablito, como se llama nuestro querido personaje, en medio de sus desvaríos mantiene intacto en su cerebro el recuerdo de su héroe predilecto, el General Rojas Pinilla, quien era Presidente de la República cuando Pablito aún tenía su caballo, en el cual diariamente le llevaba una carga de leña a Don Juan Lugo, el dueño del desaparecido Café Real, quien generosamente se la compraba y la regalaba al primero que pasara, porque su objetivo era ayudar a su amigo; él era el único que le decía Poira en la Cara y Pablito no se enojaba.
Por eso cuando Don Juan murió, Pablito llegó al velorio con sus mejores galas; un raído saco que no se sabía de qué color era y una gigantesca corbata roja que en todo momento acariciaba mientras lloraba mirando el féretro; él lo cargó a la entrada a la Iglesia y lo cargó desde la Iglesia al campo Santo porque no permitió que lo llevaran en la carroza.
Nuestro personaje ha sido el mayor crítico de todas las administraciones tanto departamentales como municipales; por eso no es raro verlo con un manojo de papeles en la mano pronunciando un vehemente discurso ya en la plazoleta de la gobernación, ya en la de la alcaldía, despotricando de los mandatarios de turno e invitándolos a que gobiernen como “lo hacía mi General Rojas Pinilla”.
Todos en Florencia, grandes y chicos conocemos a Pablito, todos sabemos que vive en la calle, que a veces duerme en los parques, que proviene de San Vicente donde alguna vez fue un acaudalado finquero, que no se sabe cómo perdió su fortuna y que se lo pasa caminando con su bulto de tesoros en la espalda y el eterno cigarrillo en los labios; eso sí, no podemos decirle Poira porque se arma Troya.
Sus interminables discursos son una diatriba constante contra los políticos, los ricos y “todos aquellos desmadrados que no saben hacer las cosas como mi general Rojas Pinilla y que por ser ladrones irán a parar a lo más profundo de los infiernos donde elpatas los asará hasta que se quemen en la paila mocha”.
Algunos alcaldes, en especial una alcaldesa, trataron de ayudarlo llevándolo al ancianato pero él, amante hasta la muerte de su libertad, apenas consume los primeros alimentos, alista sus tesoros, su pinta, prende el eterno cigarrillo y hay de aquel que quiera detenerlo; él necesita la calle para sentirse libre y para ir preparando su próximo discurso.
Por todo eso EL POIRA es el personaje típico más importante en la historia de Florencia, por su longevidad y su carisma supera a personajes inolvidables como Pepe,El Viejo Roba Costales, El Manco Chepe y muchos más, es la mente prodigiosa del sur de Colombia donde la fantasía trenza con las ideas de lo inverosímil, la problemática político administrativa de un pueblo que continúa siendo eso, un pueblo, el del POIRA.