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El fracking muestra sus garras asesinas en Colombia

En un artículo de la sección económica del Espectador, bajo el título “Fracking, freno a declive de reservas petroleras, se le quiere meter gato por liebre a los colombianos tratando de decir que la mencionada técnica sería la salvación del declive de las reservas de petróleo en el país, que en el 2023 llegarían a 1.700 millones de barriles y si se aplicara el frácking, prohibido en muchos países del mundo por considerarlo como el asesino de los ecositemas y por ende el agua, esas reservas pasaría a 8.000 millones de barriles; pero el artículo de marras no habla de energías alternativas que para el 2023 estarían supliendo gran parte de los hidrocarburos en el mundo y mucho menos se refiere a los desastres que esa técnica ha producido donde se ha puesto a funcionar.

Las multinacionales del petróleo están asustadas porque están viendo cómo las energías alternativas poco a poco están reemplazando a la energía producida por los hidrocarburos y de ahí su afán por explotar al máximo en el menor tiempo posible, así acaben con el agua en algunas regiones, como se pretende hacer en Puerto Wilches donde la multinacional Exxon Móbil ya solicitó una licencia para utilizar el fracking y el presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleo, ACIPET, Julio César Vera, ha manifestado que con esa técnica se podría subir las reservas hasta 8.000 millones de barriles en el 2023, aduciendo que el país cuenta con la técnica para hacerlo.

A lo anterior se opone la Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas, CORDATEC, cuyo presidente y catedrático de la Universidad Industrial de Santander Oscar Vanegas, dice que el Fracking si nos va a impactar, que el país no está preparado para las consecuencias que traería la implementación de esa técnica, que no hemos hecho investigaciones profundas para determinar sus consecuencias y que ante todo debe imperar el principio de precaución.

Como es apenas lógico, Julio César Vera se convierte en un defensor de los derechos de las multinacionales, cuando proclama que el frácking es la tabla de salvación para el país y que su organización buscará frenar las acciones populares que impiden su desarrollo, como sucedió en Cajamarca y como va a suceder en Cumaral y otros pueblos de Cundinamarca como Cabrera.

Por qué tenemos que ser petróleo-dependientes como Venezuela?, ahí tenemos el más vivo ejemplo de que el petróleo solo favorece a los accionistas de las grandes multinacionales mientras que al pueblo, que es el verdadero dueño de sus riquezas naturales, solo le dejan miseria, contaminación, vicios y muerte; o es que donde se explota petróleo, o carbón, o gas, todo se convierte en ríos de leche y miel? Cómo están La Guajira y Casanare, e incluso el Putumayo? No están muriendo de sed con sus ríos secos o contaminados y cómo sería con el fráking? Dios salve al Caquetá de caer en tan terrible esperpento.

Los científicos Udo Gollub y Alejandro Guzmán Stein, durante la cumbre de la Universidad de la Singularidad en Messe Berlín, Alemania, abril del 2016, vaticinaron que “Los carros eléctricos serán lo convencional en el 2020, las ciudades serán menos ruidosas porque todos los carros serán eléctricos. La electricidad será increíblemente limpia y barata: la producción de energía solar ha estado en una increíble curva exponencial por 30 años, pero solo ahora se puede ver el impacto. El año pasado fue instalada más energía solar que energía fósil. El precio de la energía solar caerá tanto que todas las compañías productoras de carbón estarán fuera del negocio para el 2025.”; entonces cuál es el desespero de acabar el país con el fráking asesino?

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