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De donde venía nuestro llanto…

Cuando en el telar del recuerdo
Ya se pasa de las setenta puntadas,
La voz alegre y cariñosa del amigo
Brilla por su ausencia
Y sin que nadie lo note
Los minutos se alargan perezosamente,
Y las horas que ya son eternas,
Solo sirven para aclimatar el invierno de la espera.

En ese doloroso crepúsculo
Teñido de millones de momentos de esperanzas,
Cuando calladas nuestras lágrimas corren,
Cuando nuestro llanto en silencio se hace constante,
Se comprende cuánto valemos,
Cuanto somos para los amigos,
Cuánto nos quieren los nuestros.

En esos dolorosos ocasos
Invisibles nos volvemos,
Las charlas resbalan nuestras miradas
Y solo nos tienen en cuenta
Cuando de recuerdos se trata.

Y ya con la noche,
Cuando las últimas luces se apagan
Y comenzamos nuestro vuelo al infinito,
Todos nos expresan su amor,
Todos nos aman,
Todos somos el mejor de los amigos,
El familiar más querido…

Y mientras tanto
En las praderas de ese infinito
Donde ahora volamos
Donde ahora somos importantes,
Donde ahora somos los mejores,
Por fin comprendemos
De donde venía nuestro llanto.

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