Florencia. Tal como lo hemos vaticinado en múltiples ocasiones por Selva.com.co, la contaminación petrolera comenzó en la amazonía: un derrame de crudo en el río Mocoa que desemboca al río Caquetá, contaminó a este último, considerado como una de las arterias fluviales más importante de la Amazonía colombiana.
Según declaraciones dadas a un medio de comunicación de Florencia, por el gerente regional Caquetá de Corpoamazonía Mario Ángel Varón, el derrame de crudo se produjo en una de las instalaciones de la petrolera Gran Tierra, derrame que pasó al río Caquetá contaminando los acueductos de los municipios de Milán, Solano, Solita, e incluso la Tagua.
Según el funcionario la empresa no ha aclarado si el derrame de crudo se produjo por manos criminales o por mal manejo de las instalaciones o el transporte del crudo.
Si esto sucede con una empresa del Putumayo, qué no puede suceder con las empresas a las cuales la Asociación Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, les concedió licencia para la instalación de 50 pozos petroleros en las riveras de los ríos Bodoquero, Orteguaza y Caquetá, que tienen como afluentes otros ríos importantes en la región como el San Juan, el Sarabando y el Fragua Chorroso; y afectando municipios como Morelia, Belén, Milán y Solano.
Hace apenas unos pocos días, el Representante a la Cámara por el Caquetá Harry González, propuso un parágrafo a una reforma constitucional, en el cual se prohibía a partir de ahora, la explotación de hidrocarburos en la Amazonía colombiana; parágrafo al cual se opuso el otro Representante del Caquetá Edwin Valdés, justificando su decisión al decir que ese parágrafo era populista y que ya para eso se había legislado sobre la prohibición de explotación minera en los parques naturales.
El accidente que acaba de ocurrir es una respuesta contundente al voto negativo del Representante Valdés; ahora más que nunca el Caquetá y la Amazonía colombiana están expuestas a los accidentes que puedan ocurrir por la explotación y el transporte de crudo en la región.