Edilberto Valencia Méndez

Cuando la luz se va de tus pupilas, cuando los años te alejan de las cosas cotidianas de la vida, cuando eso pasa
comienzas a mirar
con los ojos del alma.

Con los ojos del alma
las cosas son diferentes,
las personas cercanas
tienen colores opacos
de un amarillo lento y perezoso
como lento y perezoso
se vuelve el tiempo
cuyas horas
minutos y segundos
son lentos y pausados.

Los amigos
tienen un color indefinible
no los puedes percibir
porque ya dejan de existir
en el entorno de tu vida, las noches
son gordas y redondas
como si estuvieran preñadas
con millones de recuerdos
que nunca te cansas de mirar
con esos ojos que no ven.

Con los ojos del alma
la vida se hace odiosa,
te vuelves un estorbo, con todo te tropiezas
todos se tropiezan contigo
como se tropieza un mueble viejo
en mitad de una sala de lujo.

Con los ojos del alma
tú percibes mucho más,
sabes que te ven,
entiendes que te ignoran
comprendes que el faro de tu vida
hace rato se apagó
y entonces te refugias
en el desván de la tristeza
para rumiar en silencio tu amargura.

Cuando ya miras
con los ojos del alma
y miras en silencio
a aquellos que te amaron
y que ahora alegres
pasan a tu lado
fingiendo que te quieren
fungiendote cariño
cuando eso pasa
ya no miras con los ojos del cuerpo
solo miras con los ojos del alma
solo tinieblas
caminan en tu cerebro
y es entonces cuando entiendes
que mirar con los onos del alma
es mirar en la otra vida
la vida que por gotas
dolorosamente escapa
de tus cansadas pupilas.

Cuando la luz se va de tus pupilas, cuando los años te alejan de las cosas cotidianas de la vida, cuando eso pasa
comienzas a mirar
con los ojos del alma.

Con los ojos del alma
las cosas son diferentes,
las personas cercanas
tienen colores opacos
de un amarillo lento y perezoso
como lento y perezoso
se vuelve el tiempo
cuyas horas
minutos y segundos
son lentos y pausados.

Los amigos
tienen un color indefinible
no los puedes percibir
porque ya dejan de existir
en el entorno de tu vida, las noches
son gordas y redondas
como si estuvieran preñadas
con millones de recuerdos
que nunca te cansas de mirar
con esos ojos que no ven.

Con los ojos del alma
la vida se hace odiosa,
te vuelves un estorbo, con todo te tropiezas
todos se tropiezan contigo
como se tropieza un mueble viejo
en mitad de una sala de lujo.

Con los ojos del alma
tú percibes mucho más,
sabes que te ven,
entiendes que te ignoran
comprendes que el faro de tu vida
hace rato se apagó
y entonces te refugias
en el desván de la tristeza
para rumiar en silencio tu amargura.

Cuando ya miras
con los ojos del alma
y miras en silencio
a aquellos que te amaron
y que ahora alegres
pasan a tu lado
fingiendo que te quieren
fingiéndote cariño,
cuando eso pasa
ya no miras con los ojos del cuerpo
solo miras con los ojos del alma
solo tinieblas
caminan en tu cerebro
y es entonces cuando entiendes
que mirar con los ojos del alma
es mirar en la otra vida
la vida que por gotas
dolorosamente escapa
de tus cansadas pupilas.

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