Pereira. «si nos toca inaugurar la cadena perpetua con ellos, lo haremos», palabras del Presidente Iván Duque que reflejan la indignación del pueblo colombiano contra los 7 monstruos, desafortunadamente militares, que aceptaron haber violado a una niña emberá de 12 años, el pasado lunes 22 de junio, en el cacerío Santa Cecilia jurisdicción de Pueblo Rico en el departamento de Risaralda.

En una audiencia realizada esta mañana en un juzgado de Pereira, seis de los siete militares aceptaron el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado, y uno de ellos en calidad de cómplice, para lo cual, según el Fiscal Francisco Barbosa la pena oscilaría entre 16 y 30 años.

Pero lo aberrante de la actuación de estos 7 desalmados ha llenado de indignación a todos los colombianos, de tal forma que ante un cuestionamiento sobre la pena que se les impondría a estos monstruos, el Presidente Iván Duque, quien le pidió al Ministro de Defensa colaborar con la Fiscalía para aclarar los hechos, el Presidente repetimos, dijo que si era necesario inaugurar la nueva ley de cadena perpetua contra los violadores de niños, lo haríamos.

Parece que Colombia se hubiese convertido en la cuna de los monstruos sexuales; los casos del depredador Garavito, del monstruo Rafael Uribe Noguera asesino de la niña Yuliana Samboní, lo mismo que del monstruo de la Avenida Circunvalar de Bogotá, están aún muy frescos, y son un indicativo de la perentoria necesidad de implementar la nueva Ley de cadena perpetua si se quiere amedrentar a potenciales depredadores sexuales.

Se requiere obviar tecnicismos jurídicos para evitar que este tipo de desalmados continúen asesinando y violando niños en Colombia, las leyes más severas son las que se tienen que aplicar en estos casos y para eso es necesario acudir a todos los argumentos jurídicos para castigar esta clase de delitos y evitar que estas tragedias se continúen dando en este país que paradójica mente, esta consagrado al Sagrado Corazón de Jesús.

 

 

 

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