Pescadores sobre el río Orteguaza Fotografía: James Peña Valencia

En el Amazonas estuvo a punto de desaparecer el gigante de los ríos, el Pirarucú, un pez que fue cazado sin piedad en la década anterior y que hoy se está recuperando gracias a un acuerdo entre los pescadores y el gobierno, acuerdo que estableció una veda que todos cumplen, con lo cual se salvó de la extinción esta especie; en el Caquetá necesitamos controlar la pesca si no queremos que esta riqueza sea historia del pasado.

Pirarucú. fotografía de ACUICA
Pirarucú. fotografía de ACUICA

 El bocachico por ejemplo, está siendo exterminado sistemáticamente toda vez que los pescadores no discriminan entre los pequeños y los grandes y son felices cuando cogen gran cantidad de “subidores”, como le llaman a los peces pequeños que suben a desovar, a poner sus huevos.

 Lo mismo sucede con otras especies como el bagre, el simí, el  barbudo, el chontaduro, incluso la cucha que está en verdadero peligro de extinción; cientos de pescadores aficionados recorremos los ríos en  búsqueda de las codiciadas presas, la mayoría sin tener cuidado de devolver al río aquellos ejemplares pequeños que deben crecer y reproducirse.

 La introducción de las pistolas de pesca significó una tragedia para todas las especies en los ríos del Caquetá; el pistolero no perdona nada, todo lo persigue, todo lo asesina y en muchos casos ni siquiera se aprovecha de su “hazaña”, él simplemente le da gusto al dedo y goza con la adrenalina que le  produce el pececillo convulsionando en su arma; por eso muy acertadamente algunas comunidades rurales prohíben la utilización de este diabólico instrumento en sus afluentes.

 Los pescadores profesionales, los que viven del río, quienes derivan el sustento de la cantidad de peces que lleven al mercado, a quienes vemos pasar a diario con sus canoas a los ríos, están acabando inmisericordemente con la pesca sin tener en cuenta que ese recurso se acaba y entonces, de qué van a vivir?

 Hace 30 y más años por ejemplo, muchas  familias iban al tradicional paseo de olla sin llevar carne o gallina; simplemente llevaban una atarraya  e incluso las propias manos para “cuchar”, con la seguridad de que se tendría abundante pesca para almorzar todos en el río…Hoy se podría hacer esto?

 Y lo anterior sin tener en cuenta el terrible daño ictiológico y ecológico que está produciendo la explotación de oro en el Orteguaza, el Caquetá y sus afluentes; el mercurio que se utiliza está envenenando todo, está destruyendo no solo la pesca, también el bosque y miles y miles de  árboles milenarios están muriendo de pie por la contaminación de sus raíces con el lodo impregnado de mercurio; se sostienen entre sí con sus largas ramas pero cuando se producen vendavales caen como castillos de naipes.

Pirarucú. fotografía de ACUICA
Pirarucú. fotografía de ACUICA

 Las autoridades ambientales están en mora de socializar este problema con los pescadores profesionales en especial y con los aficionados en particular; es estrictamente necesario sembrar conciencia en la comunidad sobre la gravedad del problema; si no se prohíbe la pesca de algunas especies por un tiempo, si no se toma conciencia de la necesidad de respetar unas tallas mínimas, la pesca en Florencia y el Caquetá será un recuerdo doloroso del pasado.

Y si esto le sumamos el gravísimo peligro de la intervención petrolera en el Caquetá, muy pronto desaparecerán los ríos, humedales y lagunas, y los que no desaparezcan quedarán contaminados, acabando de exterminar los peces que aún quedan.

Señores de Corpoamazonía, autoridades ambientales en general; iniciemos cuanto antes una campaña para proteger nuestra riqueza ictiológica, estamos a tiempo, la pesca de algunas especies se debe prohibir por un período prudencial y debe  haber plena conciencia de ello; también se tienen que establecer ciertas tallas para determinadas especies; hagámoslo ahora para poderlos invitar dentro de 5 años a un caldo de cucha o a un viudo de bocachico; a controlar la pesca para no tener que comer pescado con químicos, como sucede ahora con los peces de estanque y como sucederá a corto plazo con la contaminación petrolera.

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