En la década de los 70 y los 80, Colombia se caracterizó por ser el epicentro de numerosos paros del magisterio exigiendo mejores salarios y mejores condiciones de trabajo y por los paros cívicos, única arma de las comunidades en esas épocas, para exigir justas reivindicaciones, tales como energía, agua potable, vías, etc; ahora el magisterio vuelve a estar en pie de lucha y El Chocó y Buenaventura están en paro cívico a causa del abandono por parte del Estado; será que Colombia retrocede?
Sin lugar a dudas el país está pasando por una verdadera encrucijada, el gobierno nacional argumenta que no hay recursos para aumentar el sueldo a los funcionarios públicos, a los maestros y para pagar las reivindicaciones que piden los ciudadanos de El Chocó o de el puerto de Buenaventura, e incluso plantea la posibilidad de que en este año estos sectores pasen en blanco, después de haber impuesto con sus grandes mayorías en el Congreso, una reforma tributaria que prácticamente le está sacando la plata del bolsillo a los ciudadanos.
La excusa es que los bajos precios del petróleo afectaron la economía y no es posible aumentar los sueldos a pesar de que la canasta familiar subió en más de un 10%, así echen mano a estadísticas, gráficos preciosamente diseñados y declaraciones a través de los grandes medios nacionales, que son los que se comen la mermelada millonaria de la publicidad en el país.
Pero lo que no se dice es que los congresistas, con sueldos astronómicos de más de 25 millones de pesos mensuales, en cada legislatura se suben tranquilamente medio, un millón o más, ganan viáticos por viajar a hacer política a sus departamentos, tienen carros, escoltas y combustible pagado por los ciudadanos, pero ellos no tienen que apretarse el cinturón porque son los padres de la patria.
Causa estupor ver cómo algunos parlamentarios, que no han hecho absolutamente nada por sus regiones, que no han presentado ni un solo proyecto en beneficio de los colombianos, que solo aparecen en cuanta fiesta, evento público o inauguración haya para darle un golpecito en la espalda a los estúpidos electores y lo que es peor, aprovechan el Día de la Madre, como lo está haciendo cierto copartidario, para tratar de reencaucharse engañándolas con una torta y una copa de vino ahora que vienen las elecciones; hay o no razones para que la gente se embejuque?
Cómo es posible que un puerto como Buenaventura, que genera billones de pesos por impuestos al año, no tenga siquiera agua potable? Servicios públicos satisfactorios? No tiene razón la gente de protestar, así algunos desadaptados y delincuentes se cuelen en las protestas para pescar en río revuelto?
Cómo es posible que en El Chocó, donde está gran parte de nuestra riqueza hídrica y nuestra biodiversidad, región de la cual sacan las maderas más finas del mundo, ciudades como Quibdó no tengan servicios públicos decentes, e incluso agua potable? El Chocó siempre ha sido para el gobierno nacional lo que los cimarrones fueron para los chapetones en la época dorada de la colonia española.
Los docentes, que en los países desarrollados son mejor pagos que los políticos, tienen que volver a desempolvar los cacareados discursos de la protesta social, para reclamar sus derechos y el gobierno inmediatamente saca a relucir estadísticas, estadísticas con las cuales lanza la cortina de humo que despista a la opinión pública y hace pasar a los maestros de víctimas a villanos; es esto justo?
Es indudable que Colombia retrocede, la curva de la explotación de la gente por la gente, está obligando a los de abajo a salir a las calles como medio para reclamar sus derechos; afortunadamente ahora no se le tilda de subversivos a quienes salen a las calles a protestar, ahora con el ESMAD es suficiente; los gases, las bombas aturdidoras y los chorros de agua cumplen a cabalidad su trabajo; al fin y al cabo, para eso fue creado, para sofocar cualquier reclamo por más justo que sea.