Las terribles imágenes en la cuales aparece el personero de Puerto Berrío Jhon Guillermo Gómez Pérez, echando a su señora madre, Doña Olimpa Pérez, de su casa, video en el cual ella le ruega que no la deje en la calle y él impasible solo se preocupa porque el cambio de cerraduras de la casa no le permita entrar a la abuelita de 96 años, esta imágenes repito, nos atravesaron el alma como una espada diabólica y más aún, cuando al formarse un forcejeo la abuelita cayó al piso, se golpeó la cabeza y hoy, días después, se sabe que murió, quizás a consecuencia del golpe, quizás por la puñalada que le pegó en el corazón el hijo desmadrado.
Muy seguramente el video que muestra la terrible escena del monstruo de Puerto Berrío echando a su señora madre de la casa, una abuelita de 96 años, se convertirá en el símbolo mundial de la maldad de un hombre sin corazón, que no se conmueve ni siquiera cuando la viejita lo acaricia y le toma un brazo rogándole que no la deje en la calle; es algo inconcebible que aún no podemos digerir completamente.
Muchos lectores dirán que nadie conoce lo de nadie, que Doña Olimpa era esto o lo otro con su hijo, que los hermanos se aprovechaban para ocupar la casa que muy seguramente era de ella pero que con triquiñuelas el personero supuestamente se apoderó, como a menudo pasa con los “intelectuales de la familia”. Nada de eso ni nada del mundo justifica semejante conducta con la ancianita: la mamá es mamá aquí y en cualquier parte del mundo y a ella le debemos lo más valioso que tenemos: la vida.
Hoy la abuelita estará en lo más alto del cielo pidiéndole al Todopoderoso que perdone a su hijo, porque las mamás son así, pero mientras tanto, aquí en la tierra, esperamos que no existan más monstruos que sean capaces de dejar a su propia madre en la calle y que sean capaces de inducirles la muerte con sus abominables desprecios.