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Clepsidra

Se ganó perdiendo

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Edilberto Valencia Méndez. Fotografìa: Kamilo Ardila

Los resultados de las elecciones del 26 de agosto del 2018, de la consulta anticorrupción, con más de 11 millones y medio de votos, fueron un contundente llamado de atención a los corruptos, a las sanguijuelas que viven chupando desmesuradamente los pezones de las vacas del Estado, a los políticos con sueldos superiores a 40 millones de pesos, más carros blindados, celular ilimitado, pasajes aéreos, más decenas de escoltas y 50 salarios para la corte de áulicos que viven arrojándoles incienso, a los consabidos ganadores de licitaciones amarradas, a los que se enriquecen con el hambre de los niños o la salud de los colombianos, a los jueces corruptos que les dan casa por cárcel a sus homólogos, a toda esa caterva de ladrones de cuello blanco,  11 millones y medio  de colombianos les dijeron basta, y si no se alcanzó el elevadísimo umbral de más de 12 millones de votos, si se les pisó los talones y se les avisó de manera contundente que los colombianos no los soportarán más, es decir, en la tan cacareada consulta anticorrupción del domingo pasado, se ganó perdiendo.

Sin transporte, sin tamales, sin cemento, sin tejas de zinc, sin promesas de empleo, sin vallas, pasacalles, cuñas televisivas y de radio, sin avisos de prensa, sin revistas y periódicos arrodillados, sin toda esa parafernalia que acompaña las elecciones para legitimar el desmadre de los políticos, 11 millones 500.000 colombianos salieron a votar contra la corrupción, una votación histórica, elevada porque ha sido incluso mayor a la votación obtenida por cualquier presidente de la república; no se logró el umbral  pero de lo que si estamos seguros, es que se ganó perdiendo.

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Y eso no quiere de decir que estemos parodiando al profesor Maturana cuando su disculpa siempre que perdía la selección Colombia, era que se había aprendido perdiendo, no, eso quiere decir que aunque continuarán algunas vacas sagradas de la política con esquemas de seguridad multimillonarios, con más de 100 escoltas como si fueran el presidente de los E. U visitando campos de refugiados en el Medio Oriente, políticos ganando cientos y hasta miles de millones con solo adjudicar una obra, o ganando tajadas exorbitantes por cabildear para que se adjudique un contrato, o nadando en mares de wisky y prostitutas mil para obtener contratos, eso quiere decir, repito, que los colombianos el domingo pasado les notificaron a esas sanguijuelas, que ya no los soportarán más y que sin no cambian efectivamente, los arrojarán al cuarto del olvido, por no decir que a la cárcel; se acabaron los palacetes como prisiones para esos bandidos…Se ganó perdiendo…

El domingo 26 de agosto no se vieron a los seguidores del caudillo animando a la gente a votar, el caudillo ni siquiera votó, ni sus colegas, ni la mayoría de congresistas, ni los famosos contratistas, esos que son más que los funcionarios en las administraciones, ninguno salió a votar, todos sacaron disculpas, todos agacharon la cabeza y se fueron a otra parte, todos en el fondo temen que se les acaben las minas de oro de la corrupción, las tetas de la ignominia donde viven pegados chupando las sangre de los colombianos, buscando que todo siga igual, que la gente no se pueda preparar para que no reclame, que todos sigamos siendo los “gancho ciegos” del diario trajinar para poder seguir como vampiros chupando la sangre del pueblo. Sin lugar a dudas, el domingo se ganó perdiendo.

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